sábado, 11 de marzo de 2006

Alarmado por la economía provincial

Estos días la provincia ha demostrado desde todos los sectores un llamativo desconocimiento y despreocupación por las finanzas provinciales. Desde hace un tiempo tenemos las peticiones de los empleados públicos para incrementar sus ingresos y, al mismo tiempo, un crecimiento desmedido de los impuestos provinciales, observando los afectados la situación como si uno no dependiera de otro.
El tema es que Mendoza se está poniendo bastante cara, lo que hace que los aumentos que consigan los empleados públicos sea absorvido inmediatamente por los nuevos costos. Ya desde antes nuestra provincia es prácticamente expropiatoria en sus impuestos, por ejemplo el automotor, sellos o ingresos brutos, y ahora, con el nuevo revalúo el inmobiliario se incrementa enormemente.
Lamentablemente los que aumentan o manejan las finanzas suelen estar motivados por dos razones, por supuesto nada científicas: una, que los que más tienen paguen más; la otra, la impunidad al respecto, ya que ellos como sus opositores viven de esos aumentos.
Hace poco un pariente empresario que vive en Manhattan -uno de los estados más ricos del mundo- desde hace cuarenta años, viendo lo que pagamos aquí en concepto de impuesto automotor, me dijo: "aberrante. Parece estar hecho para destruir a la clase media".
Algo haremos? Me remito a algo mínimo: hablar con mis clientes políticos y sus asesores, los que tengo cerca.

miércoles, 1 de marzo de 2006

Contribución a un monólogo de Alberto Bistué

Hoy, miércoles 1 de marzo, Alberto Bistué expone en Los Dos Amigos su monólogo "Kunta Kinte no es mi esclavo, me hace todo de onda", en referencia al personaje principal de la serie Raíces, esclavo cuyo nombre ha pasado al acervo cultural. Pues bien, el titular de este blog ha contribuido con cierto contenido al monólogo, sin saber bien en qué parte lo habrá puesto el genio de Bistué. Esta noche espero oírlo.

martes, 28 de febrero de 2006

Doble mirada hacia el Colegio: corporativo o sancionador

El día 28 de febrero en diario Los Andes aparece una nota donde se trata al Colegio de Abogados acusándolo de corporativo y defensor de los abogados, de aquellos que han cometido faltas éticas. Lo paradójico es que, precisamente entre los colegas, el Colegio es acusado de pro denunciador, perseguidor de los abogados, permanentemente sancionador, etc.
Son dos visiones opuestas. Yo, que estoy en el Directorio, debo decir que no es corporativo, para nada. Y hay varias circunstancias que así lo establecen: primero, que tanto en el Directorio como en el Tribunal de Ética no hay abogados penalistas, con lo que el concepto de persecución no es claro. Por ejemplo mis colegas del Directorio, civilistas, expresan que la elevación de la causa al Tribunal para su investigación es un modo querido de los abogados, para demostrar su inocencia. La realidad es que cualquier proceso de investigación es vejatorio, incomodante para su investigado.
Segundo, que ante la elevación de todo tipo de causas, sobre todo los derivadas del no pago de Caja Forense, se produce un hecho administrativo contraproducente: los encargados del procedimiento se atoran de trabajo y resuelven el fácil -esto es muy normal-, ergo las causas importantes son dejadas de lado ya que son las más difíciles. Por eso las críticas de corporativo; en realidad lo que hay es morosidad o falta de resolución por el propio y enorme trabajo del Tribunal.