martes, 18 de diciembre de 2007

¿Por qué el Colegio de Abogados de Mendoza debe crecer continuamente?


Hace unos años, en una película de Jason Robard, su contendiente en el juicio que ocurre en el film, le pregunta por qué ha cambiado tanto su pensamiento, si cuando eran jóvenes pensaban iguales. La respuesta de Robard es muy interesante; le dijo que, como la distancia y la cercanía tienen que ver con el movimiento, posiblemente era su amigo el que se había distanciado al quedarse en el tiempo mientras la realidad cambiaba.


Ese pensamiento sirve como modelo para explicar cuestiones tales como el hecho de que el Colegio de Abogados de Mendoza necesita ir en una constante superación de si mismo.


En estos últimos años los parámetros de comparación con las instituciones cercanas va poniendo en medida a nuestra institución. Así, desde la confrontación permanente que el Poder Ejecutivo tuvo con el Poder Judicial, éste se ha ido encontrando cada vez más fortalecido, acostumbrándose a salir a la calle, a contestar, a poner en tela de juicio sus pareceres, lo que ha hecho que, actualmente, este poder vaya acentuando cada vez más su condición de verdadero poder. Si uno analiza sus discursos, sus ideas, ya se habla del reconocimiento de que no se tiene política judicial, lo que significa que se la va a tener.


En el plano de las instituciones no gubernamentales, nuestras más cercanas Consejo Profesional de Ciencias Económicas y el Consejo Notarial, se mueven en la dirección mayores beneficios para sus asociados en el primr caso con fuerte impronta de ayuda en el trabajo profesional, así como una fuerte decisión de control de matrícula en el segundo. Ambas instituciones dan, de este modo, una línea de atención a sus asociados, consiguiéndoles beneficios y posiciones por pertenecer al sector.


Además, en estos últimos 3 años, otros sectores han ido solicitando y consiguiendo matriculación: martilleros, agentes inmobiliarios, etc., con lo que se va acentuando el carácter sindical o de atención a sus contribuyentes del sistema.


Así las cosas es que el Colegio de Abogados es analizado por los colegas en relación con los que los otros sectores adquieren o logran. Si los escribanos y contadores poseen club, se hace notorio que los abogados no lo tengamos, si ellos controlan la matrícula, porqué nosotros no, si los magistrados consiguen descuentos para comprar su vehículos, no es entendible que los abogados no consigamos lo mismo.


Ese es el movimiento relativo de las instituciones. Si el Colegio permanece en una forma estable de sus servicios, esa permanencia en el tiempo lo deja atrás respecto de las otros instituciones. Hay un sólo juez: la queja o la aprobación del abogado. Ése es el baremo de medición.


Advertido esto, no es discutible entonces que la institución debe mejorar día a día: crecimiento de beneficios profesionales y personales para los abogados, planta administrativa de la institución capacitada permanentemente y destinada a satisfacer esos beneficios, consecución del club, fuerte actividad de la Dirección de Arte, apertura de las comisiones a la matrícula para trabajar en los temas específicos de la abogacía y los códigos, establecimiento de políticas de Servicio de Justicia con activa participación profesional, aseguramiento de trabajo para todos los abogados, de información jurídica última, de conocimiento permanente del sistema de ejercicio profesional.


Con un avance permanente conseguido a través de objetivos y plazos, la meta es que el abogado se sienta contenido y apoyado por su institución.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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