martes, 12 de junio de 2012

Oposición III: la Procuración como factor de subsistencia

    A fines de 2011 el Congreso de la Nación, con mayoría kirchnerista, aprobó las leyes que hacen falta para convertir a la Argentina en un país dictatorial. La ley antiterrorista y la extensión de la punibilidad fiscal a provincias y municipios está ahí, vigente. Sólo falta quien las ejecute.
   Righi no había dado ese paso.  De Reposo podía temerse, y sin dudas que no sólo su cometido sería cubrir al oficialismo, sino que atentaría contra cualquier voluntad considerada  oposición.
    Pero basta un jefe de fiscales que quiera hacerlo. Por sus antecedentes "contra los medios" tan necesarios en la creada lucha del cristinismo, Alejandra Gils Carbó pareciera cumplir la idea instrumentadora de esas persecuciones.
   Como dijimos anteriormente, el lugar de lucha de la oposición es la conservación de los medios no oficialistas. Si estos desaparecen, la oposición desaparece. Y esa pérdida vendrá ejecutada desde la Justicia. No hay que sorprenderse: todos los regímenes antidemocráticos han utilizado a la Justicia para hacer el trabajo sucio. Los jueces son quienes encarcelan cuando no corresponde. Ha ocurrido antes y ocurre ahora en el modelo que imita el cristinismo, el de Chávez; la juez María Affiuni es un caso paradigmático del sistema.
     Pese al enorme caudal de dinero y corruptela para conseguir hacerse de los medios, "la última batalla", el cristinismo aún no consiguió doblegar a los medios no oficialistas, pero sabe que en su "vamos por todo", vencidos éstos la oposición dejará de existir, porque no podrá comunicarse. De hecho es una lógica de guerra: cortar las comunicaciones del enemigo es objetivo principal en cualquier conflitcto.
   Y lo podrá hacer en tanto consiga doblegar a la Justicia. Dominándola podrá con cualquier objetivo. Así, y con las leyes represivas ya sancionadas -y con las que se podrán sancionar con su mayoría en el Congreso-, el cargo de Procurador de la Corte significa el aunamiento de la decisión punitiva sobre todos los fiscales del país. Entiéndase lo siguiente: sancionada una ley, no cumplirlo por quienes son sus ejecutores comprende actuar delictualmente. El incumplimiento de los deberes de funcionario público existe cuando un fiscal o juez no cumple una ley, y las leyes persecutorias -a menos que se declaren inconstitucionales-, están ahí, listas para ejecutarse.
   Alejandra Gils Carbó, con antecedentes excesivos contra Clarín y La Nación es, entonces, la persona ideal para terminar de despejar la cancha para el oficialismo, ya que se presupone que irá contra los medios, doblegándolos. E instalando con ello el partido único, ya que -repetimos- sin medios la oposición no podrá ser ni existir.

   Entonces el momento de la oposición, ahora, es central, inflexivo: si no hace uso del poder de veto que le otorga la necesidad de los 2/3 de votos para elegir al candidato a la Procuración y, en vez de hacer este análisis, se queda en los antecedentes mejores que los de Reposo para aceptarla, estará firmando con su propia mano su sentencia de muerte: al día siguiente de aceptada, ya no podrán detener la gestión con que defenderá los postulados oficialistas que, tarde o temprano -yendo contra los medios y, luego, aplicando las leyes represivas-, extinguirá a  la oposición.
  Ergo la oposición deberá, férreamente, pararse en su tercio restante y no dar lugar a ningún postulante que no sea de consenso; un postulante que no venga para cubrir al oficialismo y a arrasar con quienes no obedezcan.
   Hoy, a menos que la economía traiga enormes sorpresas, la oposición empieza a jugarse su destino.

lunes, 11 de junio de 2012

Oposición I: el "vamos por todo" como lucha permanente

            Defino oposición: todo lo que no es el oficialismo. Hoy en Argentina el oficialismo es el cristinismo-kirchnerismo y, para resumir su objetivo utilizo su propia frase definitoria: "vamos por todo". Todo es tautológico: todo. Cada espacio de poder -cual fuere este- pretende ser ocupado en forma excluyente. Su pretensión es ocupar cada lugar en que haya otro, ya sea sindical, social, empresarial, institucional, en asociaciones profesionales, ONG's , clubes; todo. Allí donde alguien pueda ser  sustituido se intentará sustituirlo. Allí donde se pueda y que pertenezca a terceros se intentará su ingreso. Puerto Madero -un lugar de "otros"- es ahora su reducto: lo ocupó y por eso lo ostenta; consiguieron sus miembros ingresar allí y por eso no les molesta la crítica por esa ocupación, sino que ella es signo de reconocimiento.

           El formato del "vamos por todo" es muy sencillo. Al tratarse de un fin en sí mismo, la forma de conseguir se sujeta al fin y no al método. Entonces todo vale mientras se consiga. Así se puede explicar por qué la corrupción no sólo no es mal vista, sino que es incluso alentada: es un método idóneo para recolectar los fondos que permiten acceder a otros lugares de poder. Si como funcionario licito con el 30% de comisión ilegal, el producido servirá para comprar las voluntades de, por ejemplo, concejales remisos a negociados posteriores.

    Ahora bien, el asunto es identificar esa voluntad de poder total, reconocerla. Sin darse cuenta de ello la oposición no podrá combatir eficazmente, no se dará cuenta de que está luchando. Y digo combatir porque el oficialismo ha instalado una verdadera guerra en ese sentido (recordemos el latiguillo marcial de Néstor Kirchner, "vamos a dar la batalla...").  Si no se advierte esa circunstancia se equivocará la apreciación no sólo sobre la pelea, sino también su tiempo y lugar, con resultados desastrozos. Sin esa advertencia, se interpretará un diálógo como real, y un cambio de decisión política se considerará  una reflexión democrática. Un alto para conseguir refuerzos marciales se creerá equivocadamente como una paz democrática.  
   Para que se comprenda: el vamos por todo no acepta treguas ni tiempos de espera; siempre se está en permanente lucha por acceder, porque el tiempo es tiempo de lucha.  Si no se comprende esto, se bajarán las guardias ante un silencio, silencio que será, simplemente, el tiempo que tarda el armazón bélico en rearmarse con mayores y más potentes refuerzos.
  El vamos por todo significa ocupar todo lo que pueda ser ocupado. Y el tiempo para obtener las cosas es este y en forma continua, sin descanso, porque un descuido puede significar perder un lugar. El poder así concebido tiene vocación y -aunque no se exprese- camino totalitario.
  Aún puede la oposición moderar ese camino. Por la democracia, debe intentarlo.



domingo, 10 de junio de 2012

Oposición II: el ring de lucha

    Explicamos de qué se viene el oficialismo: quiere todo. Aunque parece un fin legítimo, finalmente para ocupar lo que pertenece a otro y evitar la natural resistencia del desalojado, el método termina en violencia. Tengo una mala noticia: esa violencia queda justificada cuando tiene éxito, porque confirma el desideratum de actuación, ya que se consigue el "vamos por todo".
    En la Argentina de 2012 la oposición se encuentra ante una inesperada ayuda proveniente de alguien mucho más inesperado: la salida de Esteban Righi de la Procuración de la Corte por (la) causa del vicepresidente Amado Boudou. Sin esta exclusión desde el mismo poder la oposición no tendría el espacio que hoy se le presenta.
   Así, estos días la oposición pudo evitar la designación del no cualificado Reposo. En forma inmediata el gobierno dio otro nombre:  Alejandra Gils Carbó.  ¿Pero la oposición se ha dado cuenta cuál es su lugar acá y en el futuro respecto de esto?
     Posiblemente no.
  Veamos: el esquema de lucha del oficialismo para imponerse totalmente requiere un sólo medio: la anulación de la oposición en todo espacio de poder.  En gobernaciones, intendencias, empresas públicas y juzgados de todo el país lo está consiguiendo, siendo muy poco lo que a esta le va quedando. No obstante hay dos lugares que son fundamentales en esta lucha que el oficialismo ha instalado: los medios no oficialistas y la Justicia.
    Los hechos exhibidos por la prensa crítica coinciden en general con las ideas y posturas de la oposición. Sin pagar un centavo, la oposición encuentra su palabra crítica reflejada en los medios no oficialistas y aclaremos algo más: es el único modo al que tiene acceso para poder expresar su palabra, para comunicarse. Sin la prensa no oficialista ningún opositor podrá ser escuchado más que por su círculo de allegados. Para que un senador radical consiga que un ciudadano de Catamarca no sólo lo escuche sino que sepa que existe, sólo lo podrá hacer desde Clarín, TN, La Nación y Perfil.
    Ese es el paradigma que cuando se votó la ley de medios la oposición no identificó: que la oposición como sujeto comunicacional, sólo toma virtualidad si hay medios libres. Haciendo una yuxtaposición de causas: sin medios no oficialistas desaparece la oposición como tal.  Sin los medios no copados por el cristinismo, ningún dirigente de la oposición podrá ser escuchado por nadie: no podrá hacer campaña ni denunciar hechos ni exponer sus ideas. Virtualmente no existirá porque sin medios no se consiguen votos.
    Entonces ese es el ring principal de lucha al que está subido la  oposición: que los medios no oficialistas no sólo permanezcan, sino que necesitan desesperadamente cuidarlos. La suerte de la oposición está ligada a la suerte de Clarín, La Nación, Perfil y sus medios relacionados.
   Si estos desaparecen, no habrá más oposición ni alternativa. Por muchos años.