sábado, 25 de febrero de 2012

La Permanencia de la corrupción (instantánea desde el TBA)

     La tragedia del tren de Buenos Aires Sarmiento, con 51 víctimas fatales y más de 700 heridos, comienza a desnudar físicamente que la corrupción no es solamente un número que no altera la vida de la gente, una mera cuenta que, en realidad, sólo baja unas monedas el ingreso general. Es, como se ve, mucho más que eso, incluso peor.
     A la corrupción se la entiende normalmente en el sólo sentido -aunque gravísimo- de que algunos funcionarios se quedan con parte del dinero de todos, lo que de por sí es trágico, pero no es sólo eso, son varias las consecuencias de ese vil acto que, utilizando una raíz fonéticamente similar a la de tragedia, es de ciertamente contenido traidor, ya que el autor, elegido y puesto en el lugar de administrar los fondos de todos, basa su designación en la confianza de aquellos que entregan su dinero para el uso común; quedarse con ellos es, justamente, traicionar la confianza.
    Pero dejando de lado los factores morales del corrupto, lo cierto es que las consecuencias de la corrupción son varias y de largo plazo, cuestiones a las que hay que atender para evitar y conocer de qué se trata el futuro cuando la corrupción impera. 
   Para ello veamos de qué trata la corrupción. La concepción habitual es aquella que nombramos más arriba: el funcionario que se queda con dineros públicos. Así, pensada de ese modo, implica el acto individual de una persona que cambiará o modificará su status de vida; es el acto individual, aislado, de la corrupción.
   Pero cuando no es así sino que ya son muchos los que dan prima facie el aroma o estética de la corrupción, podemos decir que nos encontramos ante lo que algunos denominan "estado de corrupción", es decir, una generalización del saqueo público, instrumentado, que puede ser simbolizado con la frase "hacer caja". 
   ¿Qué significa hacer caja? Pues que, a más del dinero que individualmente los funcionarios toman para si, gran parte de lo que se saca va a un fondo común que, en el caso de que sean partidos o facciones, les servirá para seguir haciendo política y seguir permaneciendo.
   Un caso de hacer caja en Argentina fue, durante la época justicialista del menemismo (1989-1999), la fiesta que ese grupo gobernante hizo en Sky Ranch, donde -algunos de quienes participaron- festejaron haber recaudado por coimas la suma de 2000 millones de dólares.  
   En efecto, si usted siguió las vidas de los funcionarios y políticos de ese sector, todos, luego de irse del gobierno, quedaron con estilos de vida millonarios y muchos siguieron en la vida pública. Su principal exponente, el ex presidente Carlos Saúl Menem, ostenta no solo una vida fastuosa, sino que es actualmente senador por su provincia. Permanece en el sistema.
   Actualmente resuena todos los días el término hacer caja, aunque a diferencia de la época menemista, acá parece haberse incluido al Poder Judicial como guardián institucionalizado y garante de la corrupción. A diferencia del menemismo, por otra parte, el kirchnerismo o cristinismo contiene una ambición de poder permanente que el otro no tenía.
   Y en la permanencia es donde el estado de corrupción o el hacer caja brillan. Porque aquel que pueda acceder a fondos ilimitados es quien, efectivamente, posee las mayores cualidades para mantenerse en la política.
   Suponga que usted, que tiene un trabajo regular, quiere dedicarse a la política. Deberá hacerlo fuera de los horarios de trabajo y de la familia si es que no se encuentra cansado y con poco tiempo para la tarea. De hecho, la necesidad y la dedicación al trabajo son una de las mayores trabas u objeciones a la vida política. 
   Usted, entonces, se encontrará muy limitado para ejercer esa actividad, tanto la proselitista como la ejecutora en caso de que acceda a un cargo. 
  Pero estas trabas no ocurren para quien ha hecho una "caja", ya que puede dejar de trabajar -si es que antes lo hacía; las ganancias de la corrupción pueden significar no trabajar nunca más, es decir: tener tiempo-, y dedicarse de lleno a la política. Cuando usted pueda ir recién el sábado por la tarde a visitar un barrio para darse a conocer como político, el que hizo caja habrá ido hace dos lunes y varias veces. En la contienda, el otro tiene más posibilidades.
   Pero no sólo esas posibilidades de hacer política libremente son sólo para el: también lo son para su próxima generación. 
   Si se toma un momento -el poco disponible que usted tenga- en ver las familias de los políticos corruptos, verá que con regularidad sus hijos y sus familias continúan, de algún modo u otro, ejerciendo el poder. No es sólo por los contactos que generan y por la habitualidad de los partidos de introducir en la administración a sus acólitos, sino porque tampoco tienen las trabas limitantes de ejercer un trabajo. Cualquier político corrupto desde determinado cargo accede a ingresos que le permiten vivir el resto de sus días sin trabajar.
   Entonces, la corrupción no es sólo que alguien se quede con el dinero de todos, significa también que tendrá todas las garantías para permanecer, él y sus sucesores, en el poder. Si hace veinte años un corrupto le arruinó sus esperanzas, sepa que seguramente su hijo se las arruinará ahora, y su nieto después.
   Así que, volviendo al inicio, a la tragedia del Tren de Buenos Aires (el que representa históricamente corrupciones pasadas y sucesivas: generaciones de corruptos deben mucho al tren), no es razonable esperar que las ineficiencias que determinaron que el sistema funcione mal por que los fondos que allí iban se destinaron a la corrupción, vayan a solucionarse en el largo plazo por los caminos habituales, ya que en la cima del poder permanecerán, ellos o sus hijos, quienes tienen el manejo de la caja y, con ello, aseguran su futuro mientras usted -de cuyo trabajo la corrupción parasita-, no tendrá el tiempo para dedicarse a mejorar la política.
   Sepámoslo: la corrupción es la garantía oscura de que los corruptos se quedarán; es mucho más que quedarse con un vuelto.

3 comentarios:

Ricardo Rosell dijo...

Muy bueno. Esta gente enquistada en el poder se convierte en los señores feudales del siglo XXI. Sigo sin entender cómo la gente no lo nota y sigo sin saber qué puede hacer uno con un granito de arena...

Daniel Franco dijo...

No se de otros países, pero el argentino es muy “Poncio Pilato” es parte de el ser argentino. Cuando uno habla de corrupción de hay que cambiar te dicen: y a quien vas a poner decime siempre fue así, y así seguirá, nada va a cambiar, … quienes resistimos estos conceptos a veces nos quedamos sin palabras pero mi actuar, mi vivir siendo correcto es lo único que atino , y predico lo que siento no debe ser. Reflexionaba sobre Once, sin temor a equivocarme estadísticamente un 54% de los involucrados en el accidente voto este modelo, sin mirar a lo “poncio” quienes lo encabezaban, lamentablemente parte de ellos dejaron injustamente la vida, otros por suerte sobrevivirán a esta tragedia, pero el recuerdo les quedara de por vida, y si reflexionan sobre las causas, tendrán un sentimiento que va desde la bronca hasta la impotencia, algunos empezaran ese camino de lograr el cambio, otros solo resignación y seguirán en el rebaño, quizás un poco apartados, sintiéndose sapo de otro pozo, pero cerca del rebaño por no saber que hacer o peor aun con miedos, broncas cuya solución significa siempre caminos casi, aunque no imposibles de transitar, pero que significa cambiar conceptos cívicos muy importantes, la lucha por una verdadera justicia, en todo sentido.
Soy absolutamente de centro izquierda, o socialista o como quieran llamarme, nunca comunista, otro ejemplo de idiocracia en manos de muy, muy pocos, “Cuba”, el modelo K idem al chavista
Los planesincluye algunos más, pero solo eso, La asignación universal, la jubilación para todos inclusive los que nunca aportaron por diferentes circunstancias están bien, lo comparto es lo que deben ser, los que no la merecen no deben de alcanzar los dedos de una mano, pero inteligentemente usados por la demagogia de este grupo de poder, que tienen como plan la perpetuidad, van logrando cada díamas ivejas al rebaño, cada dia mas rebaño y menos ovejas, la ovejas solas pueden mirar al rebaño y buscar otro una vez que esta adentro no logran ver otra cosa, escuche decir de gente que considero inteligente “TN es un asco, no se como pueden ver eso, Clarin miente etc. Pero en realidad en mi opinión tienen miedo a mirar, a dicernir o simplemente vagancia de pensar, porque hoy el sueldo les alcanza para una vida más o menos comoda, donde la comodidad y bienestar de hoy, solo son el medio para que los demagógicos cada vez acumulen mas sometan mas y cuando salate una chispa o inclusive un fuego dentro del rebaño, sean ovejas resignadas balando” y siempre fue asi, y.. siempre fue asi, y… siempre fue asi” hipotecando a sus desendientes en un egoísmo total me salvo yo, los demás que se hagan cargo.
Hoy no se ve quien pueda dirigir un verdadero cambio, estoy seguro que debe haber gente honesta y capaz, y se que somos mayoría, pero este sistema , la democracia es muy lenta, y deberemos tener paciencia, para lograr un cambio, no hay otra, lo importante es tener claro el camino correcto, la verdad, diferenciar demagogia corrupta con buenas acciones, que son las mismas pero con objetivos totalmente opuestos claramente, unos para y por el pueblo y su bienestar, otra para seguir acumulando poder y perpetuidad.
Los planes trabajar, sacan de la “mierda” y los pone en el barro solo eso, pero seguirán en el barro agradecidos de por vida y votando por eso, porque no pueden ver que estar en el barro esta tan mal como estar en la mierda, solo es un poco mejor, Sera una solución cuando se lo hace para que lleguen definitivamente al pavimento, al conocimiento, a una verdadera mejor vida y estoy seguro los hechos asi lo demuestran que estos solo hacen demagogia.

Ana Maria dijo...

Totalmente de acuerdo y es lo que yo vengo diciendo hace mucho tiempo en Santa Cruz.
La corrupción es una trampa mortal.No se puede competir sin dinero.