jueves, 15 de marzo de 2012

La UCR sigue fuera de camino

La UCR está dando muestras de su permanente vocación de sujeto de extinción. Atribuyendo posiblemente su  cargo de mala repetición del peronismo al haberse volcado al mismo tipo de políticas -pero sin el éxito del primero-, convirtiéndose en una gris copia, lo cierto es que después del fuertísimo golpe de las urnas de octubre de 2010 no ha parecido haber recibido el tremendo azote y continúa bajo los mismos caminos que lo fueron llevando, año tras año, al fatídico octubre.
  Analizando desde la experiencia histórica -atento que los seres humanos somos más bien repetitivos y que no tenemos un gen especial por el lugar de nacimiento-, la UCR, otrora el segundo partido del país, no se ha asomado al balcón que permite ver lo que ocurre en otros países donde imperan gobiernos con vocación autoritaria como el que continúa en el país. 
 En aquellos: Venezuela, Ecuador, Cuba, Bolivia, Rusia, etc. el manejo descomunal de dinero público y de la corrupción y los controles sobre la prensa terminan hundiendo a la oposición, la que se encuentra sin fondos, alejada del sistema cuando no perseguida y sin posibilidad de comunicarse con la sociedad por el impedimento de acceso a los medios. No obstante, esa oposición en algunos lugares ha sabido organizarse y, juntando fuerzas, quitar en las urnas el poder omnímodo.
  El caso que está dando enseñanzas actuales es el de la oposición venezolana la que se unió y, por elecciones, dispuso que Henrique Capriles Radonski luchara contra Chávez. Aún no se puede anticipar el resultado, pero lo cierto es que sin esa unión ninguno de los partidos tenía posibilidad de lucha contra el dictador.
 En Argentina el panorama se define, desde la oposición, por la UCR, en declive de votos, y el macrismo, que ganó en la capital del país y cuya experiencia en Córdoba fue sorpresiva. 
  Entre ambos -más el aporte de justicialistas excluidos del kirchnerismo-, existe la posibilidad de conformar una opción que, alejando el miedo del desgobierno, convoque a una real posibilidad de cambiar el futuro de la administración.
 Pero no. La UCR no ha determinado su valor en el actual contexto al no intentar aunarse con la oposición. Nombro tres hechos puntuales que lo indican. 
  Uno, la tentativa interna de sustituir al presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, por otro que fuere dialoguista con el gobierno. Dialoguismo puede significar, en la práctica, que en vez de controlar se traben alianzas, precisamente la función que no tiene que tener la AGN, pero que desde el punto de vista político quita fuerza de oposición a la UCR ya que la pega al poder contra el que debe luchar.
  Otra fue la negativa a iniciar juicio político al vicepresidente Amado Boudou. Extraño es este caso ya que la oposición, con un poder judicial que crecientemente va siendo colonizado por el gobierno nacional, debe en realidad resguardar y mantener la mayor incolumidad en dicho poder para que no le sea usado en su contra (como ocurre en los países totalitarios); así es inteligente si apoya las medidas judiciables que enfrentan a dicho poder. 
 Pero no, al esforzado y arriesgado fiscal que pretende la causa, odiado y ya en hecha su cruz por el poder oficial, la UCR dijo que no hará juicio político a Boudou, lo que implica desestimar el interés social de la causa. El fiscal ya no sentirá que alguien apoya su investigación, y no necesitará inmolarse por condenar a quien la oposición no quiere lastimar. ¿Para qué investigar a Boudou, si la propia oposición -representante de la gente-, no tiene interés en ello?
  El tercer acto anti oposición es la votación a favor del gobierno nacional en intentar arruinar la carrera de Macri arrojándole el carísimo y deficitario sistema de subterráneos para que, cual Caballo de Troya-, el costo funda la gestión del macrismo restándole votos. Si la UCR piensa que los fondos nacionales serán trasladados junto con el servicio tal  como exigen las normas, cabe pensar que el nivel de ingenuidad es tan grande como para sospechar que no están haciendo política. 
  Sabiéndolo, entiendo que están tomando como ayuda la del poder central para restarle a su competidor dentro de la oposición; caso extraño cuando no se alcanzó el 12% de los votos y no se tienen posibilidades reales para el futuro, salvo la de ir desapareciendo. Y que ese poder central, más tarde los quitará a ellos del medio. 
  Estas acciones incluso los deja fuera de la opción de cambio para quienes están expectantes por algo que muestre otra dirección. Lucir la UCR que no advierte el peligro o que es funcional al gobierno es prácticamente lapidario. 
  Baste esto como broche de oro de esta gestión radical: en un programa televisivo, luego de que Ricardo Gil Lavedra dijo que no harían juicio a Boudou, el invitado posterior jefe de la bancada kirchnerista, Miguel Ángel Pichetto agradeció públicamente (y con contenida ironía) la decisión de aquel.

  

1 comentario:

atamola dijo...

coincido, la ucr sigue siendo funcional al peronismo -por obra y por omisión.