lunes, 11 de junio de 2012

Oposición I: el "vamos por todo" como lucha permanente

            Defino oposición: todo lo que no es el oficialismo. Hoy en Argentina el oficialismo es el cristinismo-kirchnerismo y, para resumir su objetivo utilizo su propia frase definitoria: "vamos por todo". Todo es tautológico: todo. Cada espacio de poder -cual fuere este- pretende ser ocupado en forma excluyente. Su pretensión es ocupar cada lugar en que haya otro, ya sea sindical, social, empresarial, institucional, en asociaciones profesionales, ONG's , clubes; todo. Allí donde alguien pueda ser  sustituido se intentará sustituirlo. Allí donde se pueda y que pertenezca a terceros se intentará su ingreso. Puerto Madero -un lugar de "otros"- es ahora su reducto: lo ocupó y por eso lo ostenta; consiguieron sus miembros ingresar allí y por eso no les molesta la crítica por esa ocupación, sino que ella es signo de reconocimiento.

           El formato del "vamos por todo" es muy sencillo. Al tratarse de un fin en sí mismo, la forma de conseguir se sujeta al fin y no al método. Entonces todo vale mientras se consiga. Así se puede explicar por qué la corrupción no sólo no es mal vista, sino que es incluso alentada: es un método idóneo para recolectar los fondos que permiten acceder a otros lugares de poder. Si como funcionario licito con el 30% de comisión ilegal, el producido servirá para comprar las voluntades de, por ejemplo, concejales remisos a negociados posteriores.

    Ahora bien, el asunto es identificar esa voluntad de poder total, reconocerla. Sin darse cuenta de ello la oposición no podrá combatir eficazmente, no se dará cuenta de que está luchando. Y digo combatir porque el oficialismo ha instalado una verdadera guerra en ese sentido (recordemos el latiguillo marcial de Néstor Kirchner, "vamos a dar la batalla...").  Si no se advierte esa circunstancia se equivocará la apreciación no sólo sobre la pelea, sino también su tiempo y lugar, con resultados desastrozos. Sin esa advertencia, se interpretará un diálógo como real, y un cambio de decisión política se considerará  una reflexión democrática. Un alto para conseguir refuerzos marciales se creerá equivocadamente como una paz democrática.  
   Para que se comprenda: el vamos por todo no acepta treguas ni tiempos de espera; siempre se está en permanente lucha por acceder, porque el tiempo es tiempo de lucha.  Si no se comprende esto, se bajarán las guardias ante un silencio, silencio que será, simplemente, el tiempo que tarda el armazón bélico en rearmarse con mayores y más potentes refuerzos.
  El vamos por todo significa ocupar todo lo que pueda ser ocupado. Y el tiempo para obtener las cosas es este y en forma continua, sin descanso, porque un descuido puede significar perder un lugar. El poder así concebido tiene vocación y -aunque no se exprese- camino totalitario.
  Aún puede la oposición moderar ese camino. Por la democracia, debe intentarlo.



3 comentarios:

Contaldevertefeliz dijo...

Cuestiones varias: En el fondo, el "vamos por todo" termina siendo "vamos a seguir ganando las elecciones". Como los recursos son escasos y el manejo electoralista tiende a dilapidarlos (Sigue el viento de cola, pero las velas del barco fueron usadas para hacer hamacas paraguayas, el ir por todo conlleva ir cada vez por mas cosas y obtener menos.
La pregunta de fondo que me queda es ¿Quien se está oponiendo a esto?
Muy bueno el post.

Malena dijo...

Excelente artículo!

Gianni Venier dijo...

Gracias Malena y Contaldevertefeliz!. Acabo de ver sus comentarios y veo que son coincidentes. Saludos!