jueves, 26 de abril de 2012

Argentina y la noria de la decadencia

Esto es como el huevo y la serpiente.

"El problema del país son las políticas neoliberales del pasado que destruyen nuestro futuro" alega gran parte de la sociedad, repetidamente y sin considerar con precisión el término.
Nadie toma la defensa ni la crítica sobre esa postura. Esta circula libremente.
La respuesta de la política a esa prédica es el estatismo. Este crece, descontrolado, en forma individual -todos quieren entrar al estado y también sus parientes y amigos- y de modo organizado, esto es la política copando los lugares y obteniendo contratos que los beneficien, creando amigos ricos que son los contratistas del poder.
Se forma así, entre otras ruinas, el llamado "capitalismo de amigos", una verdadera corrupción y enorme enemigo de la filosofía liberal.
El sistema se va destruyendo, porque una clase empresaria que no basa en la competencia y reducción de costos, genera pérdidas que todos pagan. A la larga, el sistema se destruye, viene la recesión, el empobrecimiento.
Surge el resentimiento por esta situación. La gente clama porque quiere que cambien las cosas. Las cosas, son, que hay varios nuevos ricos y el país está pobre.
 Y comienza nuevamente la prédica: "esto fue obra de la políticas neoliberales", atribuyéndole a dicha concepción los errores del estatismo transformado en corrupto capitalismo de amigos.
Y vuelve todo a empezar: nuevamente estatismo y corrupción, para volver al mismo círculo. Y siempre echándole la culpa a una concepción que nunca se puso en práctica; sólo capitalismo de amigos, el perpetuo círculo de empresarios sin capacidad competitiva, cargando sus costos en la sociedad. 
Argentina a pleno. Sin contradictores que lo pongan en evidencia. 

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